Y como dice Camilo Blajaquis ese baluarte
villero: a mí también me proponen la muerte.
Me la proponen saludable, me la
proponen perfeccionista, me la proponen desinteresadamente.
Me proponen el progreso vestido de
muerto, me proponen un puñado de propiedades solventes. Me proponen un buen
antecedente financiero, me proponen volver al frio supermercado global. Me proponen
linchamiento por corbata y cara imberbe.
Me proponen como al Griego Blajaquis
la muerte por la espalda. Me proponen una mirada fresca y renovada apta para cámaras
modernas y costosas publicidades. Me proponen muerte al mostrarme como
muestra-política. Me proponen la angustia gasificada y el conformismo con
tarifa social. Me proponen entrar en razón ante semejante derrota cultural. Me
proponen un camino sin brotes de pánico y perversión. Me proponen un vocero que hable desde mi
ombligo.
Y yo les digo:
No, gracias, la concha de tu madre.
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